Los jóvenes y el analfabetismo financiero en el Perú

El presente ensayo busca explicar de manera detallada la problemática de educación financiera por la que actualmente atraviesan los jóvenes peruanos. Asimismo, pretende realizar un análisis de la situación actual como sociedad y defender un punto de vista central respecto al tema, con el fin de crear conciencia de la misma.

En el Perú, la Ley del Consejo Nacional de la Juventud N°27802 define que “se considera joven a la etapa del ser humano donde se inicia la madurez física, psicológica y social con una valoración y reconocimiento; con un modo de pensar, sentir y actuar”. (El Peruano, 29/07/2002). Dicha Ley, considera dentro del conjunto de “jóvenes” a todas aquellas personas que están entre los 15 y 29 años.

Las principales fuentes de información darán una visión amplia de la situación actual de los jóvenes en cuanto a conocimientos financieros y de las estrategias nacionales que se están implementando en la educación.

La importancia de abordar este tema radica en la sensibilización a los jóvenes y en general, a la sociedad sobre los conocimientos financieros básicos que toda persona y en especial los jóvenes deben tener, puesto que son claves para la toma de decisiones correctas en el manejo de sus recursos. En lo personal, tuve la oportunidad de conocer jóvenes que están buscando la forma de liberarse de las deudas, a tal punto que algunos ya no son considerados sujetos de crédito en el sistema financiero, esto debido a que probablemente hayan tomado decisiones desinformadas.

Bajo ese contexto, el tema está enmarcado en varios puntos de vista, empezando por los resultados de la última prueba PISA, la realidad actual de los jóvenes y finalmente, la participación de las entidades públicas y privadas en la educación financiera en el Perú.

La educación financiera, según OCDE (2013). Se define como:
el proceso por el cual los consumidores/inversionistas financieros mejoran su comprensión de los productos financieros, los conceptos y los riesgos; a través de información, instrucción y el asesoramiento objetivo, desarrollan las habilidades y confianza para ser más conscientes de los riesgos y las oportunidades financieras que les permitan tomar decisiones informadas, saber a dónde ir para obtener ayuda y ejercer cualquier acción eficaz para mejorar su bienestar económico.

Es decir, se interpreta a la educación financiera como el conjunto de habilidades y conocimientos que ayudan a las personas a tomar decisiones informadas sobre el uso de sus recursos financieros y la capacidad para entender cómo se obtiene, como administrarlo, invertirlo o guardarlo para necesidades futuras e imprevistos.

Sin embargo, conocimientos tan básicos como estos son los que, según la prueba PISA 2015 (UMC. 2017). Refleja que: “el 48.2% de los evaluados están en el nivel 1 y debajo de 1, lo que indica que casi la mitad de los estudiantes peruanos no ha desarrollado la competencia financiera de acuerdo con los estándares exigidos”, por lo mismo que sitúa al Perú en el penúltimo lugar de dicha evaluación. Y la pregunta que surge es ¿A qué se debe esto?

“Hasta hace unos años, me consideraba ignorante en temas relacionados a las finanzas y la economía, ya que en el lugar donde vivía (CPM Santa María de O. – Iquitos) y el colegio donde estudiaba no se enseñaban estos conceptos, menos aún en la familia. Por otro lado, la misma situación que se vive en zonas como esta, hace que las personas se vean obligadas a buscar empleos a temprana edad -a partir de los 12 y 13 años- con el fin de sustentar los gastos personales. Sin embargo, los ingresos que se perciben son, por lo general, para pagar una deuda o gastar en algo que creemos importante. Lugares como estos hay muchos en el país donde existe más exclusión que inclusión financiera; donde los programas de educación financiera del estado y de instituciones privadas simplemente brillan por su ausencia”.

Razones como las mencionadas anteriormente, existen varias, pero la respuesta más convincente podemos encontrarla por parte de la Dirección de Educación Básica Regular del Ministerio de Educación, la cual señala que “esto se debe a que los conocimientos relacionados con el sistema financiero y temas económicos ingresaron en el currículo nacional de manera explícita en el 2015 y que recién se pondrán en práctica este año”. (Marín, P., 03/06/2017).

Cabe mencionar, que la evaluación PISA se realizó con estudiantes de 15 años que están cursando algún grado de secundaria, y los resultados mostraron que, mientras más alto es el nivel socio-económico, mayor es el desempeño en educación financiera.

Por otro lado, el gobierno en coordinación con varias entidades ha anunciado en junio de este año, el Plan Nacional de Educación Financiera PLANEF, en el que prioriza acciones destinadas a mejorar la implementación efectiva de educación financiera en el Perú. Esto, sin lugar a duda, es muy alentador para tratar de revertir la situación actual, puesto que con estas estrategias es posible que se llegue a muchos sectores del país, por lo mismo que no sólo pretende aplicarlo en estudiantes de educación básica, sino que también en los de nivel superior, en poblaciones vulnerables, en microempresarios y trabajadores. 

Asimismo, existen otros programas por parte de las entidades financieras que están fortaleciendo el aprendizaje de los escolares como es el caso de “Contigo en tus finanzas en el aula” del Banco de Crédito del Perú en coordinación con el Ministerio de Educación, con el cual busca desarrollar conocimientos, actitudes y practicas financieras en los jóvenes para que puedan tener una adecuada vida de adultos.

Programas como estas son de suma importancia ya que aportan valores y desarrollan buenos hábitos financieros en la sociedad. Es fundamental porque enseña a los jóvenes a pensar de manera estratégica considerando los recursos que implica manejar en cada objetivo que se planteen y siendo responsables en sus decisiones.

Si bien todo lo que aporte con la educación siempre será bienvenido, no hay que olvidar que la primera escuela es y será la casa porque los errores más comunes en los que incurren los padres, es hacer todo y darle todo a sus hijos y no brindarles una buena educación financiera, algo que puede ser perjudicial cuando tengan que enfrentarse a la vida real. Además, todo lo que capten en el hogar puede determinar el tipo de persona que serán de adultos y, hacerles entender las finanzas es una buena forma de prepararlos.

Finalmente, invertir en la educación para los jóvenes es -en cierto grado- una forma de crear un conjunto de capital humano que a futuro sea capaz de tomar decisiones acertadas, capaz de manejar adecuadamente sus finanzas y que ayuden a mejorar sus condiciones de vida.

La educación financiera debe ser tratada como un todo, como lo esencial, lo básico y a lo que todos los jóvenes puedan acceder sin importar el lugar donde vivan, el nivel socio-económico, las raza y cultura. Por ende, es crucial la participación de todos, empezando por los padres en el hogar, los docentes en el colegio, las entidades financieras y los responsables de crear políticas sólidas que permitan el desarrollo educativo sostenible, de tal manera que libere a los jóvenes del analfabetismo financiero en el cual se encuentran.

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